Una visión diferente del fútbol (III)

Capítulo 3. Sensaciones tras una competición diferente
Paco se iba muy contento del campeonato. Había vivido una experiencia educativa con una intensidad muy grande y salía convencido de que ese era el camino que había que seguir con ellos. Que esa visión diferente del fútbol formativo es a partir de ahora la mejor opción que tiene un entrenador que quiere formar de verdad.
Los chicos se despidieron más unidos que nunca y muy satisfechos por haber hecho un enorme trabajo. Habían aprendido más en estos tres días que en muchos años de competición asfixiante y sin un rumbo fijo. Ni una cara triste, ni una expresión de desánimo por no alcanzar la victoria. Lo bueno es que en pocos meses volverían a reunirse para disfrutar de una nueva competición que les permitirá seguir creciendo, con nuevas experiencias.
Esta es la visión diferente que os quería mostrar. Vale la pena ¿no? Siempre he afirmado que este es el camino más difícil pero el que te da más satisfacciones a nivel personal y también como profesional.
Pero junto a todo esto tenemos el lado oscuro que son los padres que no entienden lo que está pasando. La principal crítica que solemos recibir como entrenadores o como responsables de una escuela de futbolistas es que el entrenador no les dice nada. Mi hijo necesita que le den caña. Cuanto más le gritas, más se espabila y lo que veo es un entrenador que está muy parado, que apenas les dice nada, sin energía y sin transmitirles esta intensidad que los otros entrenadores le dan en cada partido.
Empecemos por lo primero. Cuando a un padre le explicas con calma lo que hacemos lo entiende perfectamente y no necesita ninguna aclaración más. Entonces es cuando empiezan a valorar lo que no se ve porque es cierto que puede parecer como que no tenemos ganas de ayudarles. Lo que ocurre es que el concepto de ayuda está mal utilizado. ¿Qué significa ayudarles? ¿Ayudarles es empujarles a la victoria mediante constantes indicaciones que hacen que al final sea el entrenador el que gane el partido o lo que realmente significa es darles las herramientas para que ellos ganen el partido sin la presión del entrenador en el cogote?
No les decimos nada durante el partido porque la idea es que han de intentar sacarlo ellos solos. Sin embargo hablamos mucho con los jugadores. Aprovechamos los momentos de descanso entre partido y partido o entre una parte y la otra para de nuevo hacerles pensar mediante preguntas que van dirigidas a descubrir los posibles errores detectados y los avances conseguidos.
Piensa que mientras el resto de los equipos lo que hacen es mandar a sus hijos con sus padres hasta el siguiente partido, nosotros los retenemos todo el torneo y los reunimos después de cada partido para comentar juntos lo que ha ido bien y lo que debe mejorar. Pero, claro, esto no se ve desde las gradas y puede parecer que no nos comunicamos con ellos.
Durante el partido, cuando un entrenador corrige, el chico lo máximo que puede hacer es rectificar. Sin embargo, no es el mejor momento para decirle las cosas porque pierde la concentración del partido. Según cómo se lo digas, acaba desmotivado porque cuando se equivoca le llega la bronca.
Aconsejamos anotar esa corrección en la libreta del entrenador (¡qué pocos entrenadores con libreta veo en el fútbol base!) y plantear la duda en el vestuario para que, bien enfocada la corrección, le sirva para cambiar y mejorar. En el campo, conseguirás cambiar la situación pero volverá a caer en el mismo error porque no lo tiene asumido, obedece pero no lo asimila todo. Debes aprovechar para comunicar en el mejor momento de su atención, cuando su inteligencia está totalmente dispuesta y abierta a recibir el mensaje. Es lógico ¿no? Pues parece que la lógica no va con el fútbol formativo.
Cualquier experto en educación os dirá que la mejor forma de convencer a tus hijos no es gritando, ni imponiendo tus ideas. hay fórmulas mucho más eficaces en el mundo de la formación como son la comunicación de ida y vuelta, el planteamiento de preguntas que nos hagan pensar, el trabajo en equipo huyendo del individualismo poco apropiado para un deporte en equipo, etc. Y ¿qué es el futbol base sino un deporte formativo?
Los padres que prefieren entrenadores gritones que les meten caña y que se deje de tonterías y gane los partidos si o sí, ya te digo que no entenderán nada de lo que aquí explico que, por otro lado no es nada nuevo, ni revolucionario pero que pocos ponen en practica porque no tienen la suficiente valentía para decidir, de una vez por todas, cambiar su forma de trabajar por una visión diferente del fútbol que tiene sus consecuencias practicas en todo lo que os he contado.
Espero tu opinión que seguro me servirá para contrastar la mía y enriquecernos los dos.
Eduardo
Muchas gracias por la respuesta. Puedes usar mi consulta sin problemas.
Eduardo
Buenas tardes,
He descubierto vuestro blog hace unos pocos días y la verdad es que me gustaría felicitaros por vuestra gran aportación a este loco mundo del fútbol que vivimos hoy en día.
La verdad es que os he conocido a través de Internet buscando información sobre niños futbolistas por el caso que estoy viviendo con mi hijo mayor en estos últimos días.
Te cuento el caso. Soy padre de tres niños de 7, 6 y 4 años. Soy muy aficionado al fútbol desde siempre, he jugado hasta hace dos años en una liga de veteranos. Mis tres hijos son también muy aficionados y, pese a que empezaron haciendo natación, pronto el mayor me pidió jugar al fútbol y los hermanos le siguieron. Los apunté a un club de mi ciudad, en mi opinión el que mejor plasmaba los valores que yo quería transmitir a mis hijos con la práctica de un deporte. De hecho deseché alguna opción por ser demasiado competitivos, siempre desde mi opinión. El caso es que por su pasión por el fútbol los tres juegan muchas horas al día entre ellos y están empezando a adquirir habilidades, el mayor empieza a destacar en su club. Debido a este nivel que está mostrando, un club de los importantes de España, se pone en contacto conmigo para comunicarme el interés por el niño.
Hasta hoy siempre he pensado que 7 años e incluso muchos más es una edad muy temprana para comenzar a vivir de una forma tan competitiva el mundo del fútbol. En esos equipos no solo compiten contra sus rivales sino entre ellos, por no perder el puesto el año siguiente. Además me parece que la logística necesaria para trasladarme a entrenar a otra ciudad, aunque no sea excesivamente lejana, iba a suponer algún trastorno tanto a él como a sus hermanos.
Por otra parte también veo el nivel que está alcanzando mi hijo y no sé si en su actual club podrá seguir mejorando o si por el contrario al no tener el nivel suficiente podría incluso desmotivarse y perder su pasión por el deporte. Los partidos que juega normalmente suelen ser muy desequilibrados en cuanto al nivel y he comenzado a ver algunas actitudes en el equipo de mi hijo que no me gustan, algo de falta de humildad.
He decidido escribirte y comentarte mi caso porque aunque me gusta el fútbol y lo sigo desde hace muchos años es la primera vez que tengo que tomar una decisión así por mi hijo y la verdad no sé cómo actuar y tengo miedo de equivocarme.
Gracias por todo y un saludo
Ramón Bonel
Gracias por tu confianza. En realidad aquí hay varios puntos que comentar diferentes. Pero voy a empezar por lo más importante que es la pregunta que me haces sobre si responder al canto de sirenas que has recibido. Coincido contigo en el tema de que es demasiado pronto. Si lo llaman es porque algo tiene. No hay duda. Pero ellos no lo llaman para ayudarle, ni para formarle. Es una llamada egoísta para que tu hijo forme parte de una serie de piezas de «usar y tirar» que les sirva para ascender como entidad, como entrenador, etc. No existe (te lo puedo confirmar con muchos ejemplos que he conocido de primera mano) ningún interés sobre la persona de tu hijo. De tal forma que en el momento en que encuentren uno mejor, a tu hijo lo descartarán.
¿Para eso vas a destrozar una familia con traslados increíbles, presiones, comportamientos desaconsejabas, gritos, etc.? Es eso lo que quieres para tu hijo y para tu familia. Deja que el fútbol sea lo que hasta ahora ha sido para vosotros, una forma de divertirse practicando un deporte colectivo donde se aprenden muchas cosas buenas si se saben conducir y estás cercano, apoyándolo. No hagas caso a esas sirenas y sus cantos porque en realidad son aves de rapiña que vana por todo lo que brilla sin importarles para nada su futuro como persona. Es muy duro pero es asnillos. Te lo venderán de otra forma pero esa es la realidad.
Si es tan bueno, espera a los 16 años, que será mejor y entonces sí que podemos decirle que se desplace a un lugar mejor, más profesional porque ya no es un niño es casi un adulto que podrá asimilar mejor, con el criterio que tu le das, las diferentes situaciones del fútbol profesional.
Te propongo una cosa. Ves a ver a este señor que te ha propuesto jugar en un gran equipo y toma nota de los jugadores que tiene. Vuelve con tu hijo a los 16 años y verás que ya no tiene a ninguno de los que tomaste nota. Los ha echado a todos. Eso es lo que le pasará a tu hijo. Porque no se adaptará bien y no rendirá como puede hacerlo, porque la presión le bloqueará, porque la rivalidad entre ellos no les permite crecer. Y cuando no rinden, la solución es buscar otro. Eso no te lo dicen pero ellos argumentan que el fútbol es así, es para los que consiguen superar todas esas murallas que te encuentras en el camino siempre que sean ellos los que las superen por sus propios medios y no se dan cuenta de que son niños.
Y además, todo eso repercute en sus estudios. Ten cuidado. El ambiente que hay en el fútbol no permite compaginar estudio y deporte. No creo que tu quieras eso para tu hijo. No es tan bonito como lo pintan algunos. Pienso que no es una buena opción para los que buscamos otra cosa en el fútbol: que sea feliz practicando un deporte donde el esfuerzo y los valores son fundamentales.
Vamos a comentar el por otra parte que pones en la balanza a favor de irte allí: Si tu hijo tiene un buen nivel y empieza a aburrirse hay muchas opciones más normales y sencillas que le ayudarán a seguir luchando: 1/ ponerle en una categoría superior en el mismo club. Eso le hará luchar más. Tiene la pega que convive con niños más mayores y eso no me acaba de gustar del todo pero es una buena solución. 2/Hay en la misma ciudad otros equipos quizá de más nivel. Lo pongo como segunda posibilidad. 3/ La tercera es poder participar en cursos intensivos en navidad, semana santa o verano junto con otros niños de mucho nivel. Hay que escoger bien el lugar porque hay verdaderas guarderías que no sirven para nada. Efectivamente si las diferencias son muy grandes entre su equipo y los otros, no aprenden y pueden darse casos de falta de respeto a los rivales que no es lo que tú ni yo queremos. Pero eso se soluciona con el punto número 1.
Te aconsejo mi libro sobre cómo ayudar a mi hijo deportista sin equivocarte. Me hace gracia porque lo has mencionado tu al final del texto y por este motivo te animo a que lo leas. Muchas de las ideas las encontrarás allí mucho mejor fundamentadas. https://www.amazon.es/Ayudale-Triunfar-apoyar-futbolista-equivocarte/dp/1986088634/ref=tmm_pap_swatch_0?_encoding=UTF8&qid=&sr=
Espero haberte podido ayudar en tu difícil decisión.
Ramón Bonel
Por cierto, me dejas utilizar tu consulta para un nuevo artículo que estoy preparando? Como no das datos personales, pienso que puede servir a otras muchas personas sin descubrir al autor del texto.